November 27, 2015

No regreses, ya cambié.

Qué peligrosa la frase "nunca cambies".
Tan peligrosa que cuando la persona que queremos no cambia,
todo se vuelve monótono,
todo se torna aburrido.

Recuerdo cuando sonriendo porque te hice algún detalle,
me dijiste muchas veces "no cambies"
y por llevarte la contraria, como muchas veces en tus debates, cambié.

Me volví el hombre egoísta, el que hiere, el que desplanta,
el que jamás pensaste que sería porque "él no es como todos",
pero te fallé, cambié. 
Y no cambié por temor a ser monótono,
cambié porque te mostré lo que en realidad era yo.

Pero ha llegado el tiempo en que he cambiado quien soy,
porque ya me aburrí de ser monótono,
porque ya me dio temor de ser villano,
porque ya me cansé de las distancias que hicieron que te apartaran de mi lado.

Finalmente soy lo que siempre quisiste,
y un poco tarde he regresado,
sólo para fijarme que eres feliz con otro que todavía no ha cambiado.

Y te deseo que seas feliz, 
aunque cambies.
Porque los cambios es la mejor parte de esta vida,
cuando te das cuenta que has hecho mal y debes mejorar,
cuando te das cuenta que estás lejos y debes acortar,
cuando te das cuenta que has herido y debes sanar,
cuando te das cuenta que has extrañado y no has llamado,
cuando te das cuenta que no eres feliz y no has regresado.

Pero yo ahora en vez de decirte "no cambies",
te pido que no regreses, he cambiado.

Te he cambiado en mi calendario
y hasta en las metas que he logrado.
Te he cambiado por alguien que no se atreve a decirme "no cambies",
porque sabiamente me ha susurrado "haz lo que te haga feliz",
porque así son los cambios,
al final el resultado, siempre serás feliz.
           
  

 


November 14, 2015

Entendí.

Muchas veces me pregunté cómo era posible que me amaras tanto.
La respuesta la tenía a diario, a cada hora, a cada minuto, a cada segundo que estabas conmigo. Sin embargo siempre dudaba. ¿Cómo era posible que te fijaras en mí?

Al final entendí que quizás buscabas en mí a alguien que no podías tener y por eso la decepción.

Entendí que buscabas un chico con todos los atributos posibles para empezar a debatir sobre  historia del mundo. 

Entendí que buscabas un chico que se sensibilizara por los problemas que te aturdían y te volvían pequeña, como el país y animales abandonados.

Entendí que buscabas un chico que conociera a tus amigos.

Entendí que buscabas un chico que te besara al abrir la puerta del taxi.

Entendí que buscabas un chico que fuera del equipo contrario a tu preferido del béisbol y que fuera del mismo en el fútbol.

Entendí que buscabas un chico que hablara tanto de fútbol como tú.

Entendí que buscabas un chico que valiera la pena enviarle un detalle justo antes de irse al exterior.

Entendí que buscabas un chico que se fuera al sur del planeta y que conociera tu norte. 

Entendí que buscabas un chico que capturara con su cámara todos tus momentos.

Entendí que buscabas un chico que a decir verdad, no era yo.

Por eso siempre me preguntaba cómo era posible que te enamoraras de mí. Porque jamás tuve el coeficiente suficiente para hablarte de historia, tampoco tiempo para lamentarme contigo de la situación del país y de los animales abandonados. No soy el chico que al conocerte te besó al abrirte la puerta del taxi, no soy el chico que se fue al sur para que lo extrañes. Tampoco por el que haces de todo para enviarle un detalle.

Nunca fui hincha del fútbol y tampoco llegué a vestir la camisa de mi equipo favorito de béisbol. Entendí que no valía para ti presentarme con tus amigos. Y que tampoco era el fotógrafo perfecto para capturar tus sonrisas.

Pero sobre todo entendí que hoy, justo hoy que no estás, sigues al pendiente de ese chico que jamás llegué a ser...

Suerte la de él que tiene tu atención... Y mala suerte la mía que te decepcioné porque jamás llegué a ser él.