February 24, 2014

¡Qué herida, Venezuela!


Hoy quise escribirle una carta a mi país, ese que un día María Gabriela Isler, la actual Miss Universo, en el certamen de Miss Venezuela definió como un país «con nombre de mujer» y no se equivocó.

Voy a dejar por un rato los versos y las rimas para dedicarle unas líneas a mi gente, a mi país. País que desde pequeño me ha enseñado que en todas las situaciones se sonríe; que si un vecino o amigo necesita de nuestra ayuda, se le brinda; que la temporada de béisbol es la temporada que más une a la gente, indistintamente de qué ideología política pertenezca; que si no tienes para el periódico, igual el señor del kiosco te lo fía, aunque tenga el famoso cartel que dice «Hoy no se fía, mañana sí»; ese país que sale corriendo con las maletas en Año Nuevo; ese país que llamo mío, donde quiera que esté. 

Pero hoy, mi Venezuela ha cambiado. Se encuentra en medio de una guerra dividida por dos mitades. Dos mitades que luchan por lo suyo sin importarle el vecino, el amigo, el hermano. Dos mitades que confunden amistad con interés. Dos mitades que son las focas de quien doma el acuario. Dos mitades que sin duda, perdieron el respeto y la tolerancia que un algún día se tuvieron. Dos mitades que se odian olvidando que son venezolanos, que somos hermanos.

Hoy mi Venezuela está dolida. Ya no es como antes. Hoy mi Venezuela está en un rincón, llorando por quienes se han encargado de poner su nombre en alto sólo para que el mundo vea con lamentos lo que le han hecho. 

Pero sí debo decir que mi Venezuela ha aprendido. Ha aprendido a hacer cosas que no sabía, como ese estudiante que estas semanas se ha convertido en médico para auxiliar a quienes lo azotan las balas, o ese doctor que bajó sus humos para ofrecer ayuda gratuita a quien llega herido a su consultorio, o como ese taxista que no te cobra la carrera para que vayas a luchar por el país, o como los que tienen el corazón de piedra que se han apiadado ante los hechos que han ocurrido estas semanas, o como esos pocos que han abierto los ojos porque ya no está el país que yo extraño ni tampoco el que le prometieron, o como aquellos que creíamos sumisos y que hoy nos enseñan qué es libertad.

¡Qué herida estás, Venezuela! Me van a faltar hechos para demostrarte que te quiero porque en palabras ya no crees. Y es que tanto te han herido, que me duele ver tus calles de rojo y no precisamente porque las llenen un color político. Pero, te prometo Venezuela, que pronto saldrás de esta y verás en tus calles abrazos de esa gente que hoy en día gritan odiarse, pero que tú, con tus bellezas, con tus riquezas y con tu amor, me enseñaste que al final del día todo es una joda y que la vida se vacila.

Espero verte pronto feliz, mi Venezuela. Y que el mundo que hoy te llora en cada rincón, venga a darte el amor que perdiste, pero que sobre todo, esta gente que aún sigue a tu lado, te demos la mano para levantarte y demostrarle al mundo que una vez más, preferiste la libertad.

¡Te amo, Venezuela!

February 9, 2014

Pase lo que pase

Pase lo que pase, he decidido escribir esto.
Pase lo que pase, no lo tomes a mal.
Pase lo que pase, ya me he enamorado de ti.
Pase lo que pase, quiero que sepas que me has hecho feliz.
Pase lo que pase, mantén la calma.
Pase lo que pase, sé que esto es una locura.
Pase lo que pase, no todo dura para siempre y no todo para siempre dura un ratito.
Pase lo que pase, has sido la más bonita que ha estado loca por mí.
Pase lo que pase, desearé tus besos.
Pase lo que pase, masturbarse contigo siempre fue lo mejor.
Pase lo que pase, seguiré siendo un imbécil.
Pase lo que pase, no quiero que llores.
Pase lo que pase, siempre te tendré un chiste.
Pase lo que pase, entiéndeme.
Pase lo que pase, habré luchado por ti
Pase lo que pase, espero me perdones.
Pase lo que pase, estaré de nuevo.
Pase lo que pase, te amé.
Pase lo que pase, gracias.
Pase lo que pase, espérame.
Pase lo que pase, mejor huye.
Pase lo que pase, deténme... Y si no lo haces, que de todo lo que pase, me vuelvas a pasar tú.