July 10, 2015

¿Y si vuelves?

Si vuelves no te prometo cambiar.
Si vuelves tampoco te prometo quedarme.
Quizás sea yo el que esta vez se vaya,
cuando decidas volver.
Si vuelves te daré los mismos problemas,
los celos, la ira, la ausencia y el engaño pueden que sigan.
Si vuelves no cumpliré las promesas.
Si vuelves seguiré llegando tarde a las citas.
Si vuelves el sexo seguirá siendo vacío,
aunque llenara cada uno de tus esquinas.
Si vuelves seguirán las discusiones,
porque mi imaginación es tan grande que te imagina con otro.
Si vuelves seguirás aguantándote mis inseguridades.
Si vuelves, te arrepentirás de haber regresado.

Pero si en verdad decides volver,
te diré que huyamos a otro lado distinto al lugar donde no te pude hacer feliz.
Que elijamos algunos de esos lugares a los que no pudimos ir juntos.
Quizás podamos ser felices en otra casa, otra ciudad u otro país.
Si vuelves nos vamos a un sitio en donde pueda yo cambiar.
Si vuelves nos vamos a un sitio en donde te cumpla las promesas,
y veas en mí ese esposo que te imaginaste desde pequeña.
Si vuelves nos mudamos a un lugar donde resolvamos los problemas
y los celos, la ira y la ausencia serían nuestra mejor leyenda.
Si vuelves nos vamos a otro sitio donde nos de seguridad de seguir juntos.
Si vuelves te haría el amor hasta quedar satisfecha.
Si vuelves, es necesario irnos y no regresar al lugar donde jamás pude hacerte feliz.
Si vuelves me harías el hombre más feliz del mundo.


July 6, 2015

El amor que hace daño.

Un día me preguntaste del por qué te hacía daño, si decía amarte.
La verdad ni yo mismo comprendo esta forma de amar mía,
que mientras más daño te hago, más sé que te amo.
La verdad es que ni yo mismo entiendo el por qué hago lo que hago,
soy consciente de mis errores y de mis fallas a tu lado.
Lo que menos he querido es que pienses que es tu culpa.
Esta es, lamentablemente, la forma que me lo han enseñado.
No creas que te odio, si has visto lágrimas en mis ojos,
porque aunque digan que del amor al odio hay un paso,
el que odia no llega a llorar tanto para que permanezcan a su lado.

Muchas veces te pedí que te alejaras,
no sé si es porque tienes a un ángel que me advertía pedírtelo para que no lloraras.
Pero el amor que te enseñaron, te hizo quedarte.
Ojalá a mi me hubieran enseñado a amar de la misma manera, sin hacer daños.
Ese amor que da sin recibir,
que escribe sin tener hojas,
que vuela sin tener alas,
que sueña sin estar dormido,
que alcanza sin haber saltado,
que grita así esté mudo,
que llena así no tenga con qué,
que guía sin saber el camino,
que protege sin ser policía,
que espera sin saber qué...
Y esa era la diferencia.

La diferencia entre tú y yo es la manera en que amamos.
Los dos éramos unos niños cuando nos conquistamos,
tú sonreías porque te despertaba y yo por un lado hacía lo posible por ocultar que ya te amaba.
El miedo es quizás la diferencia más grande entre tú y yo.
Tú siempre fuiste valiente y entregaste todo por mí.
Yo siempre te entregué a medias mi mundo.
Eras un arcoiris en medio de mis tormentas.
Caminar a mi lado nunca fue fácil,
aunque morías por apretarme si decía algo que no te gustaba.
Te confesé todos mis miedos y aún dudaste de que te amaba,
quizás por eso es cuando empecé a herirte porque ya mis miedos te los sabías.

La verdad es que ni yo comprendo por qué dicen que se ama hasta morir,
yo te amé hasta herir.
Muchos dirán que estoy loco por amarte de esta manera,
pero es la única que conozco.

Perdona por herirte tanto,
perdona por amarte tanto.

Ojalá a mí me hubieran enseñado a querer de la misma manera, sin hacer daños.