October 14, 2012

Patán.


De pequeño me enseñaron a ser un caballero. A llevarle flores a mi chica sin importar el día y a quedarme a su lado cada 28 días.
También me enseñaron que a la mujer no se le grita y que hay que recordarle todos los días que es bonita. Tampoco debo enamorarla si no quiero nada con ella y que debo respetarla hasta que sea ella quien decida ser mía.
Tantas cosas me enseñaron para al final terminar siendo otro patán...

Supongo que sería cobarde culpar a mis celos, a mi inseguridad por perderte y a mis dudas incoherentes, pero creo que al final, estoy siendo más cobarde en refugiarme en un patán. En un hombre que no perdona, que no ve más allá de sus impulsos, que le grita a una mujer porque no admite que ha perdido y que la insulta porque sabe que ya no tiene a dónde ir.

No sé en qué momento cambié tus sonrisas por estas lágrimas. Ni tampoco tu amor por decepción. Pero, hoy me doy cuenta que el error ha sido de este imbécil que hoy te escribe porque sabe que perdió.

No quisiera ser un loco al que luego de insultar pide perdón y continúa como si nada hubiese pasado. Tampoco quiero ser el hombre al que pienses que es muy malo; que dice un "te amo" y luego insulta, que dice un "por siempre" y lo acaba en meses, que dice un "te cuido" y te rompe el alma.

No sé en qué momento empecé a chantajearte. Supongo que es cosa de patanes, el que no sepa qué hacer sin ti y que ahora te amenace. 

Hubiese preferido ser un infiel, sí, de esos hombres que engañan, pero no insultan a una mujer. Aunque, ¿a quién engaño? Patán es ese hombre que no puede consigo mismo y es tan cobarde que daña a una mujer. La vuelve nada en un segundo, aprovechándose de su amor, de algo tan fuerte, que puede con todo, que aguanta todo, y hasta las cobardías de un patán.

Pero, hoy te has cansado, lo sé. Yo también me hubiese cansado de un patán tan cobarde que aún no te da la cara porque solo sabe agredirte y crearte miedo, mujer.

Me hubiese gustado nunca haberme quitado mi disfraz de caballero. Sí, porque solo era un disfraz. Un traje que sabe vestir bien un patán, pero que siempre se equivoca al momento de quitárselo.

Ojalá que mañana me puedas perdonar por haber sido tan patán. Por haberte roto los sueños e ilusiones que una vez creíste tener con un pendejo enamorado que solo fingía ser un caballero. 

Ojalá que mañana cuando despiertes, me puedas dar otra oportunidad, de no disfrazarme de caballero sino a vestirme como tal.

Ojalá que mañana me sonrías sin miedos y que lo podamos intentar.

Ojalá que mañana se me olvide lo que es ser un patán.

Y ojalá que mañana despertemos felices, tú al lado de un caballero que te lea esta historia y yo al lado de una mujer que le cuente lo triste que es ser... Un patán.